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Ahora los cafés con piernas atienden en el chat

En la cadena “Café Latino” se les ocurrió expandir el negocio estrujando la manoseada onda 2.0 a través de una plataforma en internet.

Publicado el 27 de Junio de 2010

Por Felipe Castro

Para La Nación Domingo ver LINK ACÁ

Cualquiera podría pensar que ya no hay nada qué decir de los cafés con piernas. Que aquellos locales con interiores abundantes en neón y señoritas escasas de ropa dejaron de ser la novedad y se han ido incorporando, tal como lo hicieron los alguna vez taquilleros caracoles, a la geografía más inadvertida del Santiago cotidiano. Pero parece que no.

Juan Carlos es administrador de la cadena Café Latino. Pese a que las cuentas siguen tirando números azules y la concurrencia de oficinistas estresados y aburridos se mantiene parejita en sus locales desperdigados por Santiago Centro, él se empapó de espíritu emprendedor y congregó a sus asesores a un cónclave. Y salió humo blanco al alero del axioma que habla de Mahoma y la montaña: si el cliente no puede ir al café con piernas, pues el café con piernas irá donde el cliente.

Como la manoseada onda 2.0 da para mucho todavía, la lluvia de ideas llevó el negocio al ciberespacio a través de un chat que mediatiza la relación señorita-caballero: o sea, las conversaciones y bailecillos eróticos se trasladan desde la barra a la pantalla del computador. Sin café.

“Bajo licencia de un software extranjero compramos el dominio, lo implementamos y salimos al aire hace bastante poco, de manera experimental. Estamos afinando detalles, como medios de pago y otras cosas, pero ya está en el mercado la página y tiene un éxito relativo”, cuenta Miguel, que es el informático de HostsCenter.cl, la empresa que ofrece el soporte técnico al asunto.

Él mismo aclara que la idea no es nueva y que los chats eróticos nacieron casi de la mano con internet. Sin embargo, la novedad de esta plataforma es que las damas son auténticas obreras del Café Latino.

El funcionamiento de la plataforma se da de manera bastante intuitiva: al ingresar al sitio www.sexycamchile.cl aparece un menú con cinco posibilidades. Al clickear sobre “online chat” aparecen las fotos de Dulce, Khabita, Jocy, Gatita, Conejita, Dany, Selena y Rica 1982, entre una veintena de posibilidades. En cada una de las fotos se puede ver una figurita como la del Messenger que indica, a través de los colores verde y rojo, si la chica está conectada o no, respectivamente.

Y como si la cosa la hubieran inventado en el Chacotero Sentimental, hay tres niveles o “grados” de conversación: chat público, chat top-less y chat privado. El primero es gratis y los dos últimos tienen un precio que depende de cada una de las señoritas. La paga se hace a través de un sistema de créditos, que tienen un valor de 100 pesos cada uno.

Probando, probando

Para demostrar que el sitio no es de juguete, los administradores instan a probar la plataforma. Son las cuatro de la tarde y está conectada Karina, que luce la parte de arriba de un bikini con la estrella solitaria del estandarte nacional, tan en boga por estos días. Uno, que es medio tímido, empieza con preguntas y comentarios del tipo “¿cómo estái?”, o “¿no tenís frío?” o “¡ce-hache-i!”, lo que provoca de inmediato una reacción en la administración del negocio, instando a ir más al hueso: “Pídele un bailecito, o una vueltecita. Pa’ que veái que está ahí”.

Karina, como las otras tantas señoritas, atiende a los ciberclientes desde la seguridad de su casa o desde computadores que pueden estar instalados en la trastienda de las sucursales de Café Latino. Cada una cobra $5.000 mil pesos por cinco a siete minutos de chat privado, según indican los administradores. La transferencia se puede hacer a través de depósito bancario o tarjeta de crédito, después de haberse hecho miembro del sitio. También existe otra modalidad de pago, que consiste en un ticket con raspe que está a la venta en las sucursales de Café Latino.

Las chicas ofrecen bailes eróticos, striptease o lo que solicite el cliente (con los límites que ellas imponen, obvio). “Incluso, supe de un tipo que pagó el chat privado y conversaron todo el rato, compadre. Y después el tipo compró 100 créditos más y la chica hizo el show, porque le daba lata que el hombre gastara plata y no pidiera nada”, cuenta el administrador.

La idea es ampliar el negocio a otras fronteras, “tal como pasa en Europa, donde puedes estar en España, chateando con una chica que está en Irlanda, Rusia o Liechtenstein”, dice Juan Carlos. Ni tonto ni perezoso, ya tiene algo de pega adelantada al haber comprado los dominios sexycamlatino, sexycamperu, sexycamargentina. “Es un mercado interesantísimo y que puede crecer. Ya con Brasil duplicaríamos altiro la cantidad de gente conectada”, indica como mirando al horizonte, desde la ventana de un departamento del Parque Bustamante.

¿Y el café?

Son las cinco de la tarde y el café Big Boss está vacío, lo que hace que el frío capitalino sea más notorio. Como andan ligeras de ropa, las chicas se reúnen alrededor de una estufa a gas y conversan, limándose las uñas y matando el tiempo a la espera de algún parroquiano. Jocelyn está todos los días desde las 12 en el local de Santa Rosa y dice que esta es la hora más fome y que la cosa prende pasadas las siete de la tarde.

Ella, personalmente, prefiere la relación cara a cara con el cliente. “En el chat lo primero que piden es que muestre la colita, una pechuguita o que haga un bailecito. Y nada de comprar créditos”, dice Jocelyn, sirviendo un café de grano que no está nada de mal. “Hay algunos que solamente quieren conversar, pero esos son los más latosos, porque se ponen a preguntar que dónde te puedo ir a ver, que dame tu mail, que dame tu teléfono”, cuenta, con Marco Antonio Solís como música de fondo.

Para el sexólogo Mauricio Salas, la proliferación de las plataformas que mediatizan el contacto erótico se debe a que hay gente que ve en ellas la seguridad de que “no comportarían riesgo de embarazo o de contraer enfermedades de transmisión sexual (ETS), lo que puede considerarse un modo físicamente seguro para la gente de experimentar con pensamientos y sentimientos de naturaleza sexual”.

En relación a los patudos que, cobijados por la pantalla, hacen solicitudes subidas de tono de entradita a las muchachas, el especialista de la Clínica Instituto de Urología, Sexología y E.T.S., observa que “el anonimato y las relaciones parciales pueden generar mayor flexibilidad de la personalidad de algunos”.

Jocelyn dice lo mismo, pero amparada por la experiencia que le dan sus jornadas de ocho horas frente al wurlitzer, sirviendo café, juguito y prestándole oreja a las historias de decenas de solitarios o aburridos que acuden a sus brazos para erotizar un poco la fomedad de la existencia capitalina. Cubierta por un diminuto bikini color salmón, que resplandece con el mismo neón que transforma sus días en noches, resume todo expresando que “al final el computador es una pantalla cuadrada detrás de la que nadie sabe lo que de verdad se puede encontrar”. //LND

Welcome to my room

Ricura, al igual que todas las chicas del chat, da la bienvenida en inglés una vez que se ingresa a la plataforma www.sexycamchile.cl, que también está disponible a través de un link desde www.cafelatino.cl.

Cada sesión en el chat público dura alrededor de cuatro minutos. En este tiempo es más común encontrarse con situaciones chistosas antes que con diálogos capaces de transportar los sentidos al país del erotismo.

Mono ha iniciado sesión. Al entrar, caballerosamente, Mono saluda a Ricura y le advierte que se cuide. “No se vaya a agripar con estos fríos”, le dice, a lo que la señorita responde que no hay de qué preocuparse, ya que tiene una estufa prendida en su habitación.

Felipe27 ha iniciado sesión. “Holi, tiene pololi”, pregunta. Ricura responde con un prolongado y exclamado“¡Síííííí!”, lo que provoca una sensación de tristeza y desarraigo en felipe27. Como no le quedan palabras para manifestar su congoja, su respuesta se reduce a una expresiva carita triste expresada con dos puntos y un paréntesis.

Lokillo1 ha iniciado sesión. “Cariño, muestra la colita”, dice patudamente. Ricura responde con un “jijijijiji”.“Dale, te quiero ver la colita”, insiste el internauta, majaderamente. Ricura se levanta, se da una vuelta y enseña una diminuta tanga. La reacción generalizada de todos en la sala del chat es “uuuuuuuuuuh”. Lokillo1 sigue insistiendo con un “pero muévete, regálanos un bailecito” y la muchacha se levanta de nuevo, ejecutando un meneo. El resto de la barra, silenciosa hasta el momento, se manifiesta: “Maestra”, “ota eeeeee”(otra vez en jerga teletubbie). El resto son exclamaciones del tipo “aaaah”, “ooooh”, “uuuuh”, mientras Ricurita se limita a un escueto “jijiji”.


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