Hockey sobre hielo: deporte, copete y combos en l’ocico

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El sábado fue mi primera experiencia como espectador de deporte profesional en los Estados Unidos. A ver, siendo más concreto, salvo la mitad de un partido de la Copa América sub 20 (o algo así) que vi en Iquique, nunca había estado en un partido profesional hasta este sábado, en que fui al famoso TD Garden de Boston a ver a los Bruins, el equipo local de hockey sobre hielo.
Mi padre nos crio bajo el precepto de que el deporte es estúpido. Idea discutible para algunos, pero que agradezco bastante los días lunes, cuando empiezo la semana sin una euforia o una pena atribuible a terceros, que por lo general, son más huevones que yo.
Puedo decir que la experiencia del deporte gringo es sobre cualquier cosa, menos deporte. No tengo mucho punto de comparación ya que, como dije, no tengo idea de lo que estoy hablando, pero esto es lo que vi:
1-Copete
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Cualquier visita al estadio en Gringolandia es inconcebible sin un copete. Una vez que se pasaron los controles de seguridad hay un completo despliegue de puestos de cerveza, cortos de whisky y tragos con tequila, entre otros. No es malo.
2-Combos en locico
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Relacionado con lo anterior, acá no existe la correlación entre “si alguien toma un shrago se va a agarrar a cornetes con el pelotas del otro equipo”. Sin embargo, en el hockey sobre hielo, la única ocasión en que la hinchada se pone de pie y grita enardecida -aparte de la celebración de los goles- es cuando dos jugadores se trenzan a coscachos, situación completamente legal dentro de este deporte. De hecho existe el estereotipo de representar a los jugadores de hockey sin los “chocleros”.
3-Con el gentil auspicio
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Los gringos inventaron eso de meterte publicidad hasta en por el culo. En este caso, las 3 horas aproximadas que dura el partido están completamente al servicio de la rentable combinación de espectáculo y advertising. Por ejemplo, cada vez que la pantalla gigante enfoca a las parejas, que reaccionan con un beso o a los hinchas, que reaccionan bailando, hay un “gentil auspicio” detrás.
4-¿Cómo está el estadio?
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Acá no hay discriminación: los pelaos también van al estadio.